¡Basta ya! Hace unos días se organizaban actos contra la Violencia machista por toda España, en verdad más que violencia yo lo llamaría Terrorismo y como tal debería ser tratado en los juzgados.

El día que no tengamos que salir a las calles a reivindicar nuestros derechos y a pedir justicia, ese día, se habrá erradicado el terror sobre las mujeres y por ende sobre sus hijos.

En la era digital que vivimos aún hoy se vive en la prehistoria en muchos hogares españoles. La incultura tiene mucho que ver con ello, pero no todo.

No soy psicóloga pero el perfil del asesino, porque me niego a llamarlo maltratador a secas, suele ser de personas reconocidas públicamente como buenas en la mayoría de las ocasiones pero en sus casas emplean la dictadura del terror a través de la fuerza, sea por falta de autoestima, por consumo de drogas o alcohol o por maldad concebida desde la infancia ¡qué más da! Siempre habrá alguien que lo sabe, lo ve, lo oye o lo presiente y siempre habrá quien mira hacia otro lado. No, no quiero volver a escuchar la típica frase de “Yo lo sabía” o “Esto se veía venir.”

Tenemos que responder con rapidez y contundencia, tanto la justicia como la sociedad, no podemos mirar hacia otro lado, tenemos que tender una mano a la mujer que está bajo el yugo de un asesino en potencia, aunque nos lo niegue mil veces, por vergüenza o por miedo, aunque nos metamos en un lío por ello, por ella,  tenga 16, 25 o 50 años, sea una estudiante, un ama de casa o una prostituta, porque ella, en esas circunstancias, somos todos.

El terrorismo hacia la mujer ha existido, por desgracia, desde los orígenes del hombre, y ¡no, señores! me niego a escuchar que la profesión más antigua de la mujer fue vender su cuerpo, ¡no y no! la profesión más antigua del hombre fue levantar la mano a una mujer, porque ellos se sentían con ese derecho.

Y llegamos al siglo XXI, en la era de la tecnología y las comunicaciones, y seguimos viendo morir a mujeres inocentes, seguimos viendo como se denuesta la figura femenina con chascarrillos machistas y calumnias gratuitas cuando una mujer consigue ser libre e independiente.

Ante las noticias de una muerte más, solo siento repugnancia y vergüenza por el ser humano. Importa más saber qué ha pasado con la Pantoja, con Blesa o los bancos que lo que le sucede a la vecina de al lado. Es más importante para los medios de comunicación la muerte de un Ultra de tal equipo de futbol que la muerte de una mujer a manos de un asesino, que yo llamaría, en serie, porque no creo que que puedan recuperse nunca de la maldad que anida en sus mentes.

No podemos pedir que se cambie el mundo, si no somos capaces de cambiar nuestro entorno, empezando por nosotros mismos.

Dedico este artículo lleno de dolor y rabia a ti, mujer, que ocultas tras unas gafas  la soledad infinita y el miedo paralizado, a ti,  que sepas, que no te golpea por ser alta o baja, gorda o flaca, necia o inteligente, licenciada o analfabeta…te golpea, simplemente por ser mujer y eso nunca lo vas a poder cambiar. Así que sal, quítate las gafas que ocultan tu miedo y di ¡Basta ya! que aquí estamos para ayudarte.

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