Conferencia en Tetuán sobre «La inversión de los signos en El Quijote» por el profesor Ahmed Oubali.

El pasado 15 de marzo, con ocasión del IV Centenario de la muerte de Cervantes, el profesor Ahmed Oubali ofreció una conferencia sobre el Quijote en el Centro Cultural Lerchundi de Tetuán. Presentó allí un resumen de un capítulo de su tesis doctoral titulada Les avatars du sens dans la traduction française du Quichotte, que defendió en Francia en 1990.

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Su hipótesis de trabajo fue que Cervantes escribió tres Quijotes: el conocido  universalmente (parodia de la caballería andante); el de Avellaneda, autor anónimo cuya identidad sigue sin ser descifrada (donde se propone la desquijotizacion de la novela) y el que él llama: el negativo, inserto/oculto en ambos tomos bajo forma de anagramas, truécanos, alusiones y silencios; procedimiento que utiliza Cervantes para burlar la censura del Santo oficio.

Demostró que esta interpretación suya abre una nueva perspectiva en la comprensión de la obra. Intentó demostrar también que Cide Hamete Benengeli fue un personaje real, contemporáneo y conocido de Cervantes.

La inversión de los signos en el Quijote nos permite descubrir temas tan postmodernos como la subversión del sujeto, los avatares del sentido de la vida, lo absurdo de la existencia y, como paradoja y pese a todo esto, la grandeza que nos otorga el humanismo en todas sus manifestaciones.

Para más detalles sobre cómo interpretó esos anagramas:

http://www.tusrelatos.com/resenas/la-inv3rsi-n-d3-los-signos-3n-el-quijot3

El Quijote NO es una propiedad exclusivamente española o de un individuo.

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Oubali detalló: «La obra, justo después de ser censurada por la Inquisición, «emigró» a Europa y América donde impactó y marcó a grandes genios de las letras, quienes mejor lo interpretaron y comprendieron su valor trascendental.

El libro «vuelve» a España tras casi tres siglos de ausencia, una larga ausencia en la que Occidente lo adoptó, analizó, divulgó y programó como obra maestra de arte y del lenguaje en las mentes universitarias. Señal muy simbólica. El impacto fue pues más duradero y más profundo fuera que dentro de España. Ello fue gracias a las traducciones que arrancaron justo después de esa injusta censura. Ahora bien, como suele ocurrir con la lectura de las grandes obras, uno entiende lo que le permite su grado de inteligencia, formación y cultura. Los contemporáneos de Cervantes se rieron a carcajadas; tras la censura, en Europa los intelectuales se quedaron perplejos al descubrir los profundos temas existenciales y filosóficos que encierra la obra; muchos perdieron la sonrisa, otros lloraron; algunos intelectuales españoles del siglo XX corroboraron aquellas interpretaciones e intentaron colmar esa ausencia y lo lograron estupendamente…»

Avalle-Arce dijo: «La inmensa mayoría de nosotros somos quijotes fracasados ya que nuestros pobres proyectos de vida se dejan imponer por las circunstancias…El loco que nos divirtió y del que nos reíamos de tan buena gana, era nuestro doble: éramos nosotros mismos

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