Por Naoual Maaroufi
CONVIVENCIA CULTURAL
La humanidad se difumina y se alimenta desde tiempos remotos a través de civilizaciones de valores enriquecedores propios de la diversidad cultural. Pararnos en el tiempo y sumergirnos en el espacio y siempre con la vitalidad de escuchar el rítmico latido del corazón, conlleva a analizar rasgos y aspectos llenos de significados y significantes.
El arte y el gesto, la actitud y el pensamiento, sin olvidar la cultura propiamente dicha y reflejada en todos sus términos, hacen que cada ser humano por naturaleza innata sea particular, único y especial .
Con todo ello, una mañana me desperté de un sueño inmenso y decidí emprender un viaje intenso. Después de tomar mi café árabe, aromatizado y perfumado, le otorgué y ofrecí libertad de selección absoluta a mi corazón para escoger y emprender el destino, y me llevó a un universo natural sabio y omnipresente. Seguí mi instinto, bien equipada con todos los accesorios fotográficos, y me llevó a una zona donde he podido compartir características del pensar y el sentir en todos los aspectos culturales.
Viajé al mundo de las flores naturales en donde cada flor me inspiró una cualidad diferente cuyo valor otorga alegría e ilusión. Me asomé a cada jazmín aromático, sintiendo el color de las orquídeas, la esperanza de las margaritas y la pasión de las rosas. Entre claveles, lilas, tulipanes, violetas con intriga y encanto, comprendí que el LENGUAJE DE LAS FLORES es un medio de comunicación universal y que la naturaleza rebelde y variada es sabia .
En la contemplación de las flores aspiramos luz y color y percibimos un valor primordial que es la DIVERSIDAD CULTURAL. Colorido azul, violeta, coral o naranja, rosa o rojo, celeste o malva, transmiten belleza y misterio, libertad y franqueza, paz y amor, gratitud y esperanza, inocencia y secreto de la naturaleza.
Por consiguiente, mientras que la humanidad exista siempre habrá diferencias.
Aceptarnos el uno al otro con las similitudes y diferencias enriquece el valor cultural otorgándonos riqueza cultural. Por lo tanto, el valor de la palabra es primordial y el lenguaje floral es esencial. Superando barreras , cruzando obstáculos, atravesando océanos, navegando hacia el horizonte infinito, siempre estará presente una luz que nos guíe, una candela en el oasis invisible, plasmados en el corazón conmovido y resplandeciente.
Así en en plena naturaleza sentí y escribí:
CADA FLOR ES UNA MIRADA…
CADA PÉTALO ES UN DESTINO
Y CADA COLOR ES UN HORIZONTE
Todo ello es CONVIVENCIA CULTURAL
Fotos por NAOUAL MAAROUFI