Artículo: El día de mi cumpleaños. 15/02/19

Por Nurya Ruiz.

El 13 de febrero celebré mi cumpleaños, 50 y pocos años después de que mi madre me pariera en el Hospital de la Cruz Roja de Algeciras.

Noche de perros me contaría mi madre años más tarde. Luna negra, lluvia de granizos y temporal de viento empañaba los sueños el día antes de los enamorados.

Esa noche nací yo. Rechoncha, sonrosada, arrugada y en brazos de mi madre dolorida, cansada y asustada como primeriza. Una foto en blanco y negro me mostró sin pudor el día y la hora de mi nacimiento cuando tuve uso de razón.

En el mundo, cada cual tenemos asignado nuestra suerte el día que nacemos. En el meridiano de mi vida, cuando hago recuento de lo bueno y lo malo que he vivido, me doy cuenta que he sido muy afortunada: soy una superviviente de aquella época del amor libre, flores en el pelo y camioneta y manta; me he reinventado una y mil veces; he tropezado con piedras que a veces parecían las mismas; he llorado lo suficiente por los que se fueron y bastante por los que están; he parido dos veces y bendecido mi mesa cada día.

No puedo quejarme, he llegado a los 50 y pocos arañando a la vida sabiduría, valentía y capacidad. He llegado a esta edad agradecida, porque los que me hicieron daño, a la vez me han hecho más fuerte; y a los que me amaron, los llevaré en el corazón hasta el último día; porque cuando la vida me ha dado limones, yo soy de las que he pedido sal y tequila; por eso estoy en paz con mi pasado y miro al futuro motivada porque sé que me quedan muchas cosas por vivir.

Estoy preparada para lo que llegue, 5 y pocos años de experiencia a mis espaldas avalan mi curriculum. Si me queda mucho o poco, eso solo Dios, o el que anda por ahí arriba, lo sabe, aunque hace mucho la parca me reservó una cama en el infierno, pero sin prisas, porque como dice Sabina  “que a las misas de réquiem, nunca fui aficionado, que el traje de madera que estrenaré, no está siquiera plantado, que el cura que ha de darme la extremaunción, no es todavía monaguillo” 

Termino mi alegato a la vida y a mis 5 y pocos con el estribillo de  la mejor canción de  Violeta Parra “Gracias a la vida que me ha dado tanto. Me ha dado la risa y me ha dado el llanto. Así yo distingo la dicha del quebranto”

Y gracias a todos los que han sido y a los que siguen siendo parte de mi vida Y GRACIAS POR TANTAS FELICITACIONES QUE HE RECIBIDO. GRACIAS.

birthday cake with burning candles

 

 

 

Deja un comentario. Gracias.

Por favor, inicia sesión con uno de estos métodos para publicar tu comentario:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s