Por Nurya Ruiz Fdez.
Decía Charles Chaplin que “mirada de cerca, la vida es una tragedia, pero vista de lejos, es una comedia.”
Una frase que me encanta porque explica perfectamente lo pesimista que se puede llegar a ser ante la vida sin darnos cuenta. Lo inmensamente infeliz y desgraciada que puede ser la vida si nos sentimos el ombligo del mundo.
El pesimismo es un estado de ánimo, es ver la botella medio vacía, es creer en el dolor perpetuo, es pensar que todo siempre puede ir a peor, que nada se puede mejorar.
Uno de los versos más bonitos de la literatura los escribió Pablo Neruda sobre su estado de ánimo, de natural pesimista, debido quizás a sus propias circunstancias existenciales en la época que le tocó vivir, y dicen así:
“Soy el desesperado, la palabra sin ecos, el que lo perdió todo, y el que todo lo tuvo…”
El Premio Nobel de Literatura, José Saramago, no escapaba tampoco a este sentimiento aunque parezca increíble, y en una de sus entrevistas, comentó “Sí, soy pesimista, pero yo no tengo la culpa de que la realidad sea la que es.”
El primero de los síntomas del pesimismo, es un largo y profundo suspiro. Después vendrá una retahíla de frases negativas donde se expresa que el mundo y la vida en general, están creados de trocitos de sudor, de miedos, venganzas, celos, injurias, rencores y desatinos. Y que por más que queramos eso nadie lo va a cambiar: “el mundo es así, no lo he creado yo” plagiando un poco a la “fruta prohibida” de Sandro Giacobbe.
Nuestros pensamientos y nuestras actitudes influyen poderosamente en el resultado de todo lo que hacemos. No podemos cruzarnos de brazos y esperar que nos lleguen las soluciones o depositar toda nuestra confianza en el azar para que la buena suerte se cruce en nuestro camino.
El optimismo, su antagonista, también es un estado de ánimo pero que no espera que los hechos ocurran, solo se ocupa de sus posibilidades. Con el pesimismo solo conseguimos perder el tiempo sin solucionar nada. El pesimismo jamás ganó una batalla.
Ya lo dijo Bob Marley en una de sus canciones: “No se puede vivir de forma negativa, cambia tu día viviendo en positivo”
Porque, como digo yo la vida tiene demasiadas decepciones para darle además cabida a la negatividad y a la famosa ley de Murphy ¡que le den! porque si queremos, la cambiamos. No lo duden.