De Rous Baltrons

Yo hago lo que me sale del coño.
Y claro, dicho así te suena mal, te suena fuerte, vulgar, arrugas la nariz y piensas:

-Oh que grosería.

Como si del coño, cuando hacemos lo que queremos, tengan que salir cosas horribles. Es el miedo a la libertad.

Y también es cierto que esta frase tan famosa la decimos sobre todo cuando ya no podemos más, cuando vamos o no vamos a un lugar por voluntad propia.
Cuando nos separamos por fin de quien nos consumía o nos dejábamos consumir.
Cuando nos juntamos con quienes queremos, cuando vestimos como queremos, cuando queremos a quien queremos…

¡Yo hago lo que me sale del coño!

Si lo pudiéramos decir con una sonrisa placentera, sin rabia por haber aguantado hasta límites inimaginables…

¿Que vas a hacer hoy?
-Lo que me salga del coño.
Oleee, que bien suena eso.

Porque de nuestro coño no salen guerras, ni armas, ni bombas. No salen discursos políticos, ni agresividad ni mentiras.

Que pasada ¿no?

Cuando una Mujer dice, “voy a hacer lo que me salga del coño” ten en cuenta que lo menos que va a hacer será construir un imperio. Levantar de nuevo la cabeza, poner nombre a sus necesidades y soluciones a sus pesares.

Cuando una Mujer ya está hasta el coño, ten en cuenta que se ha llenado de autoestima y poder y algo maravilloso va a hacer para cambiar la situación.

Atrévete a decir en voz alta:
“Hago lo que me sale del coño” con sonrisa convincente, con tono de voz firme pero no fuerte, pecho fuera, frente en alto. A ver qué tal te sienta.

De nuestro coño brotan aguas tibias de placer, sangre roja medicinal y seres humanos al completo.

Claro que sí, haz lo que quieras.

Y ¡ole tu coño!

@rousbaltrons